lunes, 27 de mayo de 2024

馃敿 El mant贸n de Manila, s铆mbolo de la primera globalizaci贸n

La prenda, uno de los signos de identidad de Madrid, representa el mestizaje cultural entre Asia, Am茅rica y Espa帽a


«Los 8 inmorlates», cuatro abanicos que cuentan la historia del viaje por mar de los ocho Inmortales de la mitolog铆a tao铆sta. Finales S.XIX-principios s.XX. Colecci贸n Catello-Aguirre. | Clara Collado

El mant贸n de Manila, un signo de identidad de Madrid y que sigue estando de moda como se puede ver a煤n en muchas bodas y celebraciones, tiene una larga historia que se remonta a mediados del siglo XVI, a la llamada primera globalizaci贸n, la ruta mar铆tima que comunic贸 por primera vez Asia, Hispanoam茅rica y Espa帽a.

El  inicio de este trayecto que transporta el mant贸n por medio mundo dio comienzo en 1565. «Miguel L贸pez de Legazpi, por mandato de Felipe II, y al mando de la Nao San Pedro, dirige la expedici贸n que gu铆a el fraile agustino y cosm贸grafo Andr茅s de Urdaneta, en la que se descubre el tornaviaje, la ruta mar铆tima que atravesaba el Oc茅ano Pac铆fico de Oriente hacia Occidente, e iba desde el archipi茅lago filipino hasta Acapulco (M茅xico)», explica Ver贸nica Dur谩n Castell贸, comisaria de la reciente exposici贸n La Ruta del Mant贸n de Manila, la feliz uni贸n entre Asia, Hispanoam茅rica y Espa帽a, organizada por la Comunidad de Madrid, la Oficina del Espa帽ol y la Casa de Am茅rica, que ha reunido m谩s de medio centenar de objetos, incluyendo desde las cajas que los transportaban hasta propias piezas inspiradas en el mant贸n de dise帽adores como Antonio Alvarado o Juan Duyos.

«El Gale贸n part铆a del puerto de Manila cargado de porcelana, jade, biombos y lacados, abanicos, seda y mantones de Manila. Una vez en Acapulco se desplazaba la mercanc铆a por tierra hasta el puerto de Veracruz, donde se embarcaba, junto con otros productos mexicanos como la plata y el oro, rumbo a Sevilla o C谩diz», a帽ade Dur谩n.

La ruta del Gale贸n de Manila, que estuvo en funcionamiento hasta 1815, permiti贸 el desarrollo y transmisi贸n de  una cultura com煤n entre los tres continentes que dejan poso hasta el d铆a de hoy, convirti茅ndose en una prenda distintiva de una ciudad sin puerto como Madrid.

«La construcci贸n cultural debe ser concebida como un c铆rculo, nuestro mundo es mixto y circular», explica Ramiro Villapadierna, director de la Oficina del Espa帽ol de la Comunidad de Madrid y gestor de instituciones culturales a THE OBJECTIVE.  «Fueron los chinos los que descubrieron las grandes cualidades de la seda, y lo guardan como si se tratase de un secreto de Estado», afirma Villapadierna. En China se empezaron a tejer los primeros mantones, siendo los hombres los encargados de esta labor. «Se pon铆an cuatro hombres, uno en cada esquina, e iban tejiendo hasta encontrarse en el centro. Por eso, si te fijas bien, hay algunos mantones que tienen diferencias en las distintas esquinas, porque a lo mejor hac铆an la cabeza del tigre de una manera distinta a la de sus compa帽eros», a帽ade.

Este fue el origen de la historia de un objeto que estaba a punto de recorrer medio mundo. «Cuando llegaron los navegantes a China, quedaron maravillados con este objeto, al cual sus creadores tampoco prestaban mucha atenci贸n», contin煤a. Por ello, se dedicaron a producirlo para aquellos destinos donde la llegada del mant贸n supuso un antes y un despu茅s. «Entonces, gracias a la valent铆a de los navegantes, que se sub铆an al barco sin saber si iban a volver, este objeto —y muchos otros— pudo sobrepasar fronteras y absorber la marca de identidad de cada lugar que visit贸». En la 茅poca, el camino de vuelta de la ruta del Gale贸n era una especie de «suicidio asegurado», debido a que los vientos que afectaban a dicha traves铆a.

Gracias a esos navegantes, el mant贸n viaj贸 desde China hasta el puerto de Manila, en Filipinas, para luego ser transportado hasta Acapulco, en M茅xico. Despu茅s la prenda viaj贸 en burro, hasta llegar a Ciudad de M茅xico y posteriormente a Veracruz, en la costa Este mexicana. De ah铆, de nuevo en barco, el mant贸n llegar铆a a Sevilla, para terminar este largo recorrido en Madrid.

Como consecuencia de este largo recorrido, el mant贸n fue sustituyendo los motivos plasmados en la tela dependiendo del lugar por donde pasaba. Los primeros ten铆an, sobre todo, motivos del mundo y la mitolog铆a china. Desde dragones hasta mujeres vestidas con los atuendos t铆picos de la 茅poca, y la falta de colores eran lo que caracterizaba al mant贸n original. Pero, cuando llegaron a M茅xico los motivos y colores se transformaron. Los dragones mutaron a estampados florales  y se dio paso a una explosi贸n de colores t铆picos de la cultura mexicana. Cuando el mant贸n lleg贸 a Sevilla, se a帽adi贸 uno de los 煤ltimos elementos con lo que conocemos estas prendas en la actualidad: los flecos. Estos fueron a帽adidos junto al macram茅, de procedencia moz谩rabe, que hab铆an ocupado la Pen铆nsula en el pasado. El macram茅 era el encargado de unir el mant贸n propiamente dicho con los flecos que completar谩n la prenda.


«Canton茅s bueyes», escena de campo chinescas bordadas sobre seda roja donde los bueyes negros son protagonistas y marcan el tempo del mant贸n, y el campo central parece girar con ellos. Finales del S.XIX-principios del XX. Colecci贸n Catello-Aguirre.

Pero fue en Madrid donde el mant贸n lleg贸 a protagonizar casi una revoluci贸n cultural. «Imag铆nate que, en un mundo gris, como era Madrid en esos a帽os, entra una prenda que tiene como se帽a de identidad el color. Claro, la gente se volvi贸 loca. Y no es para menos, pues, las mujeres empezaron a llevar plasmada en su espalda aut茅nticas obras de arte», dice Villapadierna.

Los madrile帽os empezaron a colgarlo de los balcones y poco a poco, el mant贸n se volvi贸 una prenda imprescindible para los residentes de la ciudad de Madrid. «Es cierto que al principio tener un mant贸n era posible solo para gente con dinero, la clase alta. Pero luego pas贸 a ser un objeto del pueblo, toda chulapa portaba un mant贸n sobre s铆 misma, de todas las maneras posibles que hab铆a de llevarlo». Y hacerlo con estilo, como subraya Villapadierna. «El mant贸n se puede llevar de muchas maneras, pero como siempre se debe llevar es con estilo. No se puede llevar un mant贸n sin gracia». Se trata de una forma de portarlo. El mant贸n no se lleva, se siente como parte propia del cuerpo.

El mat贸n se ha formado gracias a las aportaciones de cada una de las culturas que atraves贸 durante su traves铆a desde el siglo XVI hasta convertirse en una prenda que se admira y viste hoy d铆a. Para algunos puede significar una bandera de la hispanidad, pero sobre todo es un  recuerdo de que la cultura es circular, mestizaje, uni贸n, colaboraci贸n. El mant贸n es una creaci贸n de todos.

ENLACES:

https://theobjective.com/cultura/2024-05-26/manton-manila-simbolo-primera-globalizacion/

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